Códice de Kratos[]
No hay presagio mas certero de que se avecina un desastre. La magia rúnica que fluye por los Nueve Reinos es un sistema delicado. En tiempos de paz, la magia está en calma, como un lago inerte cuando no hay viento. Sin embargo, la más mínima perturbación basta para causar agitación, y no puedo imaginar una perturbación mayor que la llegada del Ragnarök. Han empezado a surgir fuentes rúnicas de las que emana magia pura desde las profundidades de los propios reinos. Los fuegos fatuos, como manifestación pura de la magia, brotan de estas fuentes. Dado que se nos echa encima el Fimbulwinter, no es de extrañar que cada vez nos encontremos con más de estos incordios. Ten cuidado, ya que son fáciles de manejar en grupos pequeños, pero pronto pueden sobrepasar a los guerreros más avezados. Además, pueden fusionarse con otros para convenirse en ánimas.
- Seres efímeros a los que no les afecta la mayoría de los ataques. Hace falta alcanzarlos con una flecha rúnica para poder atacarlos.
- En cuanto estén vulnerables, pueden despacharse con un solo golpe, lo que hace que se desplomen y exploten (y, con algo de suerte, que dañen a los enemigos).