“ | Los dioses le confiaron al Carcelero la llave al Templo de Zeus, donde se guardaba a buen recaudo el arma que encadenó a los titanes. | ” |
–Atril en el Tártaro |
El Carcelero del Tártaro ya no está entre los vivos, y sus restos antiguos son todo lo que quedan de él. Tiene en su cabeza un casco de oro, similar a una corona, y todavía se sienta en su trono dentro de la antigua Cripta. Él es el guardián de la llave de la Cripta. Probablemente fue uno de los primeros humanos al servicio de los dioses.
Kratos empuja tanto al cadáver del carcelero como a su trono sobre el altillo. Más tarde, Kratos usa su cuerpo sobre una placa de presión que provoca la aparición de una gran cerradura en la que solo la llave de la Cripta encaja. Al hacerlo, el puente hacia el Templo de Zeus se expande a través del abismo, lo que le da acceso a Kratos al lugar donde aguarda el poderoso Guantelete de Zeus.